Hace tiempo leí un libro de astrología que decía que el día en que yo nací era el día del "subconsciente desconectado". Nunca he comprendido bien el significado de esa frase; lo que sí siempre he sabido es que soy extraña (ver señales). Usted podrá pensar, a simple vista, que soy la persona más normal del mundo. Pues sí. Pero, permítame contarle.
El pasado viernes, la compañía en la cual trabajo, planificó un pasadía para sus empleados en la hermosa islita de Icacos. El objetivo de esta actividad era que los empleados socializaran.
Socializar = beber, comer, hablar, bailar, beber, beber, bailar, etc.
(Primera señal) Yo estaba súper entusiasmada, no por la parte de socializar, sino por tener una experienca relajante alrededor de la naturaleza. Había tenido una semana muy fuerte y mi mente necesitaba desconectarse de todo (y todos). No podía esperar a estar dentro del agua cristalina de la isla. Para el roadtrip, me aseguré de prepararme bien.
(Segunda señal) Preparme bien = llevar ipod (evitar lo más posible escuchar reggeatón y salsa y toda la música que pongan allí); llevar un sketchbook (por si me aburro, poder practicar los trazos del dibujo). *No me llevé ningún libro porque sabía que sería imposible leer.
Llegué tempranito. Me monté en la guagua y me quedé tranquila allí adentro mientras la gente socializaba afuera.
(Tercera señal) De repente entra una compañera de trabajo súper sonriente y me dice que estoy demasiado seria.
Yo sabía que esto pasaría, yo sabía que la gente iba a preguntarme lo mismo de siempre, que por qué estoy seria, que me veo seria, etc... Pero respiré hondo y seguí en mi mood.
Durante el viaje hacia Fajardo, y según había predecido, la música que se escuchaba era salsa, reggeatón, Jennifer López y otras cosas por el estilo que todos anadaban cantando. (Cuarta señal) Excepto yo. Yo llevaba mi ipod para tratar de estar en mi zona y tratar de relajarme.
Mientras viajábamos cerré los ojos. Imaginaba estar sola; a mi memoria llegaban recuerdos de cuando estuve viajando en tren hacia Italia. Iba sola y feliz con mi música, el movimiento y el paisaje. Para mi pesar, estábamos en un "Party Bus" donde todo era oscuro y no permitía la vista a la calle. Esto casi me da depresión. Para mí no tenía sentido hacer un viaje sin poder apreciar el exterior. Pero bueno. Por fin llegaríamos al paraíso.
Llegamos y nos montamos en el catamarán, el cual continuaría con el mismo tipo de música.
Pasé el día en el agua y dentro del catamarán. Hablé con varias personas pero creo que la mayoría del tiempo (quinta señal) la pasé sola.
Evidentemente vinieron varias personas a preguntarme que si me encontraba bien, me preguntaron que si me pasaba algo, y me preguntaban que por qué estaba seria.
Estaba molesta e incómoda por estos cuestionamientos. En esos momentos, ya cansada de ver a la gente borracha y bailar, saqué mi sketchbook y me puse a dibujar una pared. Quería dibujar cómo me sentía. Y mientras trazaba las líneas iba teniendo una experiencia epifánica...de esas otras tantas que había tenido antes, pero no tan clara como la que estaba teniendo en aquel momento:
Yo pensaba. El mundo se divide en dos tipos de personas, en personas como ellos y en personas como yo. Claro que me voy a sentir más extraña todavía si la mayoría de las personas que están aquí y con las cuales trabajo son personas como "ellos" y no como yo. Estoy en el lugar equivocado. Eso es todo. Ellos no me entienden ni me van a entender. Pero, mi reflexión iba más allá... Yo me preguntaba: ¿ellos no le preguntan a las personas de raza negra por qué son negras o por qué se comportan de cierta manera, verdad? ¿Entonces, por qué me cuestionan a mí cómo soy?
El punto de mi reflexión era, en efecto, una cuestión sobre prejuicio y discriminación... Yo no estaba bailando ni bebiendo como ellos; así que yo era la a-normal, la extraña.
(Espero no estar exagerando pero verdaderamente cada vez que alguien se me acercaba a preguntarme si yo estaba bien era como si yo estuviera haciendo algo malo. En general, lo que sucedece es que la gente espera que tú seas de una forma y si no eres así te juzgan. Por eso es que hay guerras entre los países, entre las familias, porque no se saben aceptar los unos a los otros. Porque unos quieren imponer una identidad, creencia y comportamiento en los otros...).
En un mundo ideal, quisiera no tener que explicar cómo soy y por qué actúo de una manera. Quisiera no tener que decir "pues a ti te gusta el reggeatón y bailar, pero a mí no. Yo prefiero leer y entre más silencio y paz haya a mi alrededor, mejor". Yo quisiera, honestamente, no tener que explicarme. Pero hoy, en el blog de Maria Popova, leí un artículo cuyo título es "Pride, Prejudice, and the Provisions of Privilege: Margo Jefferson on Race, Depression, and How We Define Ourselves" que comienza con la siguiente cita de James Baldwin: "You’ve got to tell the world how to treat you...If the world tells you how you are going to be treated, you are in trouble".
I don't want to be in trouble, pensé yo inmediatamente.
Así que, léame bien, por favor, la próxima vez que me vea seria en un evento de la compañía, la próxima vez que me vea sentada, tranquila y observando mi alrededor, sepa que no me pasa nada, que así soy yo, que estoy bien y feliz y que quien está mal, probablemnte, pueda ser usted.
Ciao.
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