Sunday, March 27, 2016

Bonjour Mars, Bonjour Tristesse

It is such a secret place, the land of tears. -Antoine de Saint-Exupery


I.

Hola Tristeza.

Suspendida estás en mí.

Poco a poco subiendo de mis pies a mi nuca.

Te pido por favor no ahogues mi corazón.

Entra ya, pues, que eres justa y necesaria.

Háblale a mi corazón. Exprímelo un poco.

Dile que lo quieres. Dile que viniste a pasarle la mano.

Dile que no se ha equivocado. Dile que ese amor es real y que por eso duele.

...Ay Tristeza, si supieras que al final del día quien me arropa es la Esperanza.

Menos mal.

(Sábado, 19 de marzo de 2016).


II.

La tristeza llega como un golpe de agua.

Poco a poco, se va acumulando en mi pelo, en mi sien, en mi pecho, en mi nuca, en mi boca...

Y listo. Ahí está de repente mi corazón acongojado, inundado de preocupaciones y de penas antiguas y recientes.

Entonces, aprovecho para llorar por todo, por lo de ahora, lo de antes y por lo que vendrá.

Está bien, Tristeza. Comprendo que eres así conmigo.

Comprendo que de la misma forma que Cáncer y Capricornio se obedecen en distancias equidistantes y opuestas, así tú te mides con la Felicidad.

Sin una no existe la otra.

Es la ley de los opuestos-necesarios; el balance perfecto en la vida y el amor.

Y pues, esta noche me duermo así. Triste.

No importa, eso significa que ayer estuve feliz, que lo he estado antes y que lo más seguro lo estaré mañana.

Pero hoy, Tristeza, eres tú mi acompañante, mi maestra y mi consuelo.

Bienvenida seas, y gracias.

(Domingo, 27 de marzo de 2016)

Saturday, March 12, 2016

Oda a mi pelo

Sobre el suelo blanco, las suaves sábanas y almohadas, yace mi pelo. Pelo muerto. Retratado para siempre por mis ojos.

El muere por mí, mientras yo voy renaciendo y transformándome de oruga a mariposa.

Mi pelo negro que tanto amo. El me cubre, me deleita y me embellece.

Mi pelo vuelve loco a algunos hombres.

Por un tiempo pensé que era mi arma secreta; pero no lo es.

Mi arma secreta es otra, es saber que aún cortándolo no pierdo mi espíritu ni mi belleza ni mi fuerza ni mi poder.

Al contario.

Al cortarlo demuestro mi fortaleza, mi verdad y mi vida.

Soy transparente, igual que mi pelo.

Soy libre, igual que mi pelo.

Me gusta que nos podamos transformar y que mi rostro cuadrado se mute con nosotros.

La belleza es así de simple, así de clara.

Tuesday, March 8, 2016

Saludo al Sol

Hoy tuve uno de esos momentos.

No suelo levantarme temprano. No soy "morning person". Nunca lo he sido.

Salí de mi casa a una cita médica. Eran las 6:00am. Estaba todo oscuro aún. Hacía viento y un poco de frío. Solo faltaba la lluvia. Comenzaba lo que prometía ser unos de esos días favoritos míos: los lluviosos, los que nos hacen acurrucarnos como gatitos.

Voy y regreso. Ya había amanecido. La luz del sol poco a poco comenzaba a calentar. Yo me decía "qué pena que no soy morning person porque esta luz es hermosa; es una pena pérdermela todos los días"... Pero al mismo tiempo reflexionaba que era bueno no serlo porque así sabía admirarla y valorarla más...como en ese momento.

Subo las escaleras hacia mi apartamento. La luz iba alzándose suavemente, casi con un sonido angelical. Me sentía feliz de que estuviéramos contectados, el Sol y yo.

Entro a mi hogar. Hago café y decido tomármelo con unas galletas export sodas y mantequilla, recordando a mi abuela y mi infancia. Me siento en el comedor.

Justo al frente, un poco hacia la izquiera, hay una ventana que da para el Este. El sol seguía subiendo al cielo. Y me iluminaba. Nos saludábamos como si fuéramos viejos amigos que no nos vemos en mucho tiempo. Su leve calor me hacía sentir viva, alegre, segura, protegida.

Yo tomaba mi desayuno en paz y sonreía a medias, como una luna creciente.

*

Gracias por ese instante de pura felicidad, Sol.

Gracias por dejarme saber que todo va a estar bien y que seguiremos siendo amigos.

Thursday, January 28, 2016

Un cuarto de luna amarilla después...


Me lancé.





*Illustration from the vintage Danish gem 'An ABZ of Love,' a Vonnegut favorite.






Friday, December 25, 2015

La noche que dejé de ser gente...

La época navideña es la suma de la puertorriqueñitud de todos los puertorriqueños. Me explico. Todo lo que define a buen un puertorriqueño tradicional o estereotípico por excelencia se desborda en esta nefasta época. Nefasta. Sí. Porque yo soy una de esas personas que odia la navidad.


Dígame antisocial, extraña, anormal o aburrida, pero no hay nada de la navidad que me guste y no voy a pedir disculpas por ello.

La algarabía, la bebida, el baile, la música alta, la salsa, el merengue, las maracas, el parrandón, el vocifereo de los borrachos, el incordio aquél o aquélla, el wepa, los aplausos... todo me enerva.

Si todo esto es lo que define a un buen puertorriqueño, yo, definitivamente, no lo soy.

Este es mi eterno retorno al tema de mi identidad. ¿El no identificarme con todas estas características me hace menos puertorriqueña? Nací en Puerto Rico y me crié aquí, ¿por qué no me identifico con nada de eso?

Será porque cuando era pequeña mis padres no escuchaban ni salsa ni merengue. Tampoco recuerdo ir a fiestas.

Sin embargo, sé que de parte de mi papá heredé una fuerte influencia de la música de la cultura americana. Eso fue lo que a mis oídos le gustó y ya no hubo vuelta a trás.

Pero creo que antes de escuchar a REO Speedwagon, Cars, Air Supply, Boston, Tears For Fears y Toto hubo un episodio que cambió mi vida para siempre.

Yo era pequeña, tenía como 5 años o menos. "Tú te parabas frente al televisor", me ha contado mi mamá, "y te encantaba ver a Tina Turner bailar en su video "Private Dancer".

La noche que dejé de ser gente tuvo que haber sido, definitivamente, aquella noche... Supongo que puedo decir con certitud que mi puertorriqueñitud desaspareció gracias a Tina.



Pero que conste que Tina hizo solo eso, me despuertorriqueñizó.

No le tengo rencor y, más aún, le doy las gracias.

Gracias Tina, porque soy la linda oveja negra que odia la navidad y no se identifica con la puertorriqueñidad en lo absoluto. Porque prefiero la serenidad ante la algarabía y el olor a lavanda ante el tufo de dos o tres borrachos incordios. Gracias Tina, porque, aunque solo admiré una sola canción tuya, descubrí un mundo de música que me llenó de felicidad y me hizo tener gustos distintos a todos desde pequeña.

Y ser distinta a todos, es lo que más celebro en un día como hoy.


Monday, December 7, 2015

Nublado

Adoro los días nublados.

Amo despertar y sentir la lluvia.

Es más fácil brillar y respirar ante la sublime oscuridad del cielo.

Nunca entendí a la gente que dice que "el día está feo" cuando las nubes están grises y caen gotas de arriba.

Nunca.


*Imagen encontrada en Brain Pickings


Sunday, November 8, 2015

V a l o r e s

Llámeme tradicional pero creo en los valores.

El respeto, la confianza, la dignidad, la sinceridad, la respondabilidad, la tolerancia, el compromiso, el amor... pienso que mucha gente los toma por sentado.


Es por eso que por mucho tiempo he tratado de regirme por esta cita de Susan Sontag: "If I expect as little as possible I won't be hurt".

Es triste, lo sé. Y decepcionante. Al menos para mí.

EJEMPLOS

[falta de compromiso y confianza]
Es decepcionante tener una pareja por más de dos años y pensar "¿para qué lo voy a llamar para pedirle un favor si yo sé que me va a poner excusas o va a titubear ante su respuesta?".

[falta de compromiso]
Es decepcionante pensar "necesito a mi amiga pero para qué la voy a llamar si ella nunca contesta su teléfono" y cuando te devuelve la llamada o mensaje (horas o días después) ya no la necesitas.

[Falta de dignidad, respeto, tolerancia y confianza]
Es triste temer contarle algo a tus padres por miedo a que te juzguen y utilicen tus opiniones en tu contra tiempo después.

[falta de respeto y sinceridad]
Es doloroso e inquietante salir con un chico que promete querer ser tu amigo y se muestra genuinamente entusiasmado en querer compartir contigo para que, de repente, deje de escribirte sin razón alguna (razón que por su puesto debe tener pero no la sinceriza por escrito).


Es por esto que admito que la soledad ha sido esencial para mí en los pasados meses porque de esta forma solo cuento conmigo; y yo conozco mis virtudes y mis límites y, por su puesto, hay menos probabilidades de fallarme a mí misma.

Admito también que me parece impensable pedir ayuda porque de antemano siento que voy a quedar decepcionada.


Me pregunto por qué no existe armonía entre las personas y los valores...

Me pregunto por qué la gente no es capaz de sensibilizarse y pensar en los sentimientos de los demás...

Me pregunto si soy yo la que espera mucho de la gente... o si es normal que la gente sea demasiado egoísta y despreocupada por el prójimo.

Me pregunto si por mucho tiempo me he estado rodeando de la gente equivocada...

Eso. La gente, pienso, está equivocada. La gente peca de un egocentrismo excesivo. La gente no se fija tanto en el Otro porque está demasiado ocupada con su trabajo, con su vida.

Me temo que no puedo cambiar el mundo, a las personas. Me temo que tendré que seguir usando mi escudo, o sea, me temo que seguiré esperando poco de todos.



Me temo que, aunque quisiera terminar esta nota con aire de esperanza, no puedo. No puedo porque no la tengo. Hoy no.